Los coches autónomos empiezan a verse en un futuro no tan lejano, y es que las tecnologías actuales vaticinan, viendo el ritmo de mejora que tienen, que nuestro concepto del coche será otro de aquí a un par de décadas.

Quizás para este último aspecto nos estemos alejando demasiado en el tiempo, pero el coche autónomo está cerca.

El 5G llegará en 2020.

La tecnología 5G llegará en 2020, o esa es la fecha estimada por distintas empresas tecnológicas, pero quizás su uso habitual tarde más. Si nos centramos en el coche, el 5G podría suponer un cambio mayúsculo en cuanto a posibilidades y seguridad en el coche autónomo.

La conectividad 5G promete una tasa de transferencia de datos de hasta 45 Gb/segundo y una latencia de 2 milisegundos, y aquí es donde el 5G nos muestra una de sus grandes ventajas.

El 5G aporta velocidad de transferencia, por tanto, más seguridad.

La transferencia de datos en los vehículos será de una tasa altísima dentro de muy poco tiempo, y con el 5G eso se verá muy mejorado por esa capacidad tan alta de flujo. Pero si volvemos a la importancia de la latencia, esta es la que define, por explicarlo de otro modo, la velocidad de “escucha” del coche cuando se le envía una orden. Suponemos pues, que esto afecta en gran medida a la seguridad, siendo totalmente necesario reducir esos tiempos. Si un vehículo autónomo recibe por medio de un sensor el aviso de un peatón, todo el tiempo, aunque sean milisegundos, cuenta. Y nos hemos fijado en el coche autónomo, pero en la conducción a distancia esto cobra más importancia si cabe.

El 5G marcará el arranque definitivo del cambio, para mejor para unos, para “menos mejor” para otros, pero el cambio ha comenzado. El 5G en el sector del automóvil será la palanca de apoyo que haga despegar el coche del futuro.

Lo de despegar quizás no sea una metáfora…